martes, 15 de enero de 2013

CARAJO, etimología de origen incierto.

Se ha traspasado a:

http://www.jgcastrillo.com/2013/01/carajo-etimologia-de-origen-incierto.html#comment-form

Con respecto a la palabra “carajo”, gallego “carallo, con significado de “verga”, existe una coincidencia, cuando menos curiosa, con el armenio: “աքաղաղ”  pronunciado algo así como [a` ka R gag] , digna de estudio. Espero más información  lingüístico- histórica de primera mano, por si hubiera que profundizar más o,por el contrario, abandonar el estudio. No obstante se hace mucho más difícil, siendo un término coloquial en cualquier lengua y por lo tanto lejos de consideraciones filológicas.

jueves, 3 de enero de 2013

VASCO Y ARMENIO (Muruzabal y Santa María de Eunate) "...si un armenio viene a Euskadi las paredes le hablan, entendemos muchas de las cosas que vemos escritas. Comprendemos sin problemas por ejemplo, qué significa Zabaltegi, u Ormazabal..., porque significa exactamente lo mismo en armenio que en vasco. Nos sentimos como en casa.”










Se le ha querido dar mucha importancia, por su exclusividad arquitectónica, a los tragaluces de Santa María de Eunate, iglesia navarra del siglo XI o XII.


Los tragaluces ya eran esenciales en los templos cristianos armenios primitivos  subterráneos, excavados a maza y cincel en la roca, y, por supuesto, en las ciudades subterráneas de Cilicia, y Capadocia.




Entrada a la basílica armenia excavada en roca. Por aquí comenzaron a excavar  y extraer las esquirlas de roca de todo el vaciado.

Vestíbulo





Tragaluz horadado en la roca desde el interior
Tragaluz de otra basílica  subterránea armenia, excavada en la roca
Interior



Después, cuando construían templos con sillares, la concepción arquitectónica para dar luz al interior seguía el mismo esquema. Nuestras construcciones románicas, no revisten sólo una influencia sino que suponen el trasvase de las construcciones cristianas primitivas de Mikra Asia y del Cáucaso a Occidente, en la Edad Media.



















Por supuesto, la arquitectura árabe  de algunos edificios, al salir de las tiendas de pieles  del desierto y expandirse en sus conquistas, se inspiró en los tragaluces de las construcciones conquistadas, que no sólo servían para dar la luz al interior sino como tiros  de aire para regular la temperatura caldeada  en el interior y la densidad del vapor de agua. Si bien, las formas estrelladas y en forma de lágrima dan un carácter estrictamente ornamental y por lo tanto estético únicamente. Bien patente está en el “hammam” de la Alhambra (baño que se reservó la reina Isabel para su uso después de la conquista de Granada, cuando cambió de hábitos higiénicos y descubrió que los baños proporcionaban no solo salud sino placer y bienestar; y descubrió la seda para su ropa interior como sustituta de la tosca arpillera castellana





Cuando  los cristianos armenios construyeron el monasterio de Khor Virap en la forma que se conserva hoy, ya habían descubierto, evidentemente, que no hacía falta colocar los tragaluces en las cubiertas sino en los muros.










El ábside de Santa María de Eunate es una copia exacta, hecha de memoria, sin planos dibujados,  del ábside armenio. 







Esta pequeña “tesela” (acéptese la metáfora) del gran mosaico que seguimos encontrando y reconstruyendo, junto con alguna otra de índole lingüística siguen afianzando nuestra hipótesis: Europa y más concretamente España, recibió aluviones humanos en la Edad Media venidos desde el Cáucaso.

La “tesela lingüística" (siga aceptándose la metáfora), la constituye el topónimo “Muruzabal”

Decía el Profesor Vahan Sarkisian, palabras textuales:

 "...si un armenio viene a Euskadi las paredes le hablan, entendemos muchas de las cosas que vemos escritas. Comprendemos sin problemas por ejemplo, qué significa Zabaltegi, u Ormazabal..., porque significa exactamente lo mismo en armenio que en vasco. Nos sentimos como en casa.”

Es indiscutible que “zabal” en armenio siempre significó “ancho” y por lo tanto, en las modalidades lingüísticas del país vasco este significado es el más generalizado.

En cuanto a la primera parte “muru” de la palabra compuesta “muruzabal”, persiste la discusión sin resolver entre Corominas y algún profesor de la Universidad del País Vasco, que dice que procede de una deformación de “buru”, que en vasco significa “cabeza”.


Joan Corominas defendía que “muru” era la misma palabra latina “murus”, lo cual sería verosímil dada la gran cantidad de elementos latinos que forman las distintas modalidades del euskara.
Pero afianzando nuestra hipótesis, los lingüistas vascos han defendido que procede de “buru” con el significado de “cabeza” en sus más amplios significados de “principal”, “eminencia”,  o “fundamento”... Esta misma palabra es la armenia antigua “puru” y “pur” con el mismo significado de “cabeza” que todavía se conserva en algunas variantes de la lengua armenia actual.

Tanto si se hace prevalecer una como otra acepción, afianzamos con esta “tesela lingüística” nuestra hipótesis de que el armenio de la Edad Media configura fundamentalmente la lengua euskara en su proceso de formación.