martes, 22 de noviembre de 2011

Aquí se bañó Poncio Pilato y trece siglos más tarde lo hicieron Martín y Gelvira




Gracias, Miguel Ángel, por esta increíble fotografía de las mismas aguas en las que Martín enseñaba a Gelvira a pescar truchas. En los cimientos del tajamar del centro escondían su amor simbolizado en unas monedas....
 
Los derechos del Copy Right son de:
http://www.flickr.com/photos/dnieper/4446069660/in/pool-paislliones/

 No puedo por menos que mostrar esta página del libro:


   "... 
         Una tarde nos escapamos al puente romano de Valimbre a pescar truchas. De cerca y a solas, rodeados de todas las gamas de colores de la tierra mezclada con los verdes, bajo la cúpula de azul intenso, descubrí a mi lado su mirada luminosa y penetrante contemplando los cuatro ojos del puente con sus tres tajamares y cuatro majestuosos arcos. Nos miramos en el espejo del agua remansada, y me contó la lección que allí mismo le había dado su maestro:
—En nuestra casa, hace mucho tiempo, vivió Poncio Pilato —me dijo.
—¿El que mató a Jesucristo? —le contesté asustado.
—Sí; nació en mi habitación. Y en el patio jugaba a las tabas.
—Cuando era niño, venía a este puente a pescar truchas… con Claudia, que era la niña de otro general romano. Igual que tú y yo ahora…. Aquí se hicieron novios… Pero sobre todo venían a cuidar de su tesoro… y comprobar que nadie había destruido el puente para robarlo. Debajo de cada puente hay un tesoro escondido.
—¡¿Un tesoro?!
—Allí, debajo —me señalaba la pila y el tajamar del centro—, cuando empezaban a construirlo, el padre de Pilato, que era un caballero, general romano, metió monedas de oro; y en la primera piedra, debajo del agua, al lado de las cuevas donde duermen las truchas, tiene que haber un letrero con sus nombres que diga: “ Poncio y Claudia”. Se casaron cuando también tenían diez años; y después de casarse, ya se fueron a Roma por allí, por allí, por allí…. —señalaba con el dedo índice cada curva del camino.
—¿Y qué es un general romano? —le pregunté.
—No lo sé; pero era un general romano... Sería un caballero con un caballo, con un escudo y con una espada, que iría a defender el Santo Sepulcro…
—¿Y para qué hacía eso? ¿Por qué escondió monedas?
—Para que volviera de Roma y no se olvidara de que le pertenecía la casa y el puente y pudiera cobrar un dinero a quien lo pasara cuando el río viniera crecido.
—Mira —señaló apuntando con el dedo—: todo aquel teso y estas praderas estaban llenas de soldados para ir a la guerra. Pero antes habían matado a todos los que aquí vivían.
—¿Eran malos los que vivían aquí?
—Tampoco lo sé… Ni buenos ni malos. Eran pastores de ovejas... A lo mejor vienen los soldados a matarte un día, por ser pastor de ovejas.
—Mañana podemos casarnos —el corazón me latió con fuerza y me sentí valiente por habérselo dicho.
—Yo tengo que ponerme saya nueva —me respondió sin rubor alguno, con la mayor naturalidad del mundo.
—Mañana, mañana nos casaremos —insistí para que no se le olvidara.
—Vamos a bañarnos, ¿quieres?
Yo me subí al puente, me desnudé, y, desde uno de los tajamares, me tiré de cabeza para ver si veía alguna moneda de oro en los cimientos. Pero sólo vi peces y una culebra que salió nadando hasta el borde del río, con la cabeza fuera, hasta que se perdió en los juncares. Me sorprendió que no le diera ni asco ni miedo de la serpiente, siendo así que no podía soportar la presencia de ratones. Ella había entrado en el río por la otra orilla nadando hacia donde yo estaba, huyendo de un ratoncito de cría, totalmente inofensivo; y no la advertí de la culebra por si acaso le tenía miedo, para que no se asustara. Sin embargo,  me dijo elevando el tono con sorpresa en las pupilas:
—¡Mira qué culebra, con sus ojitos rojos… preciosos… mira qué saltones los tiene… y transparentes… !
Le dije a voces, intentando que no prestara atención a la culebrilla:
—No he visto ninguna moneda.
Ella seguía aleccionándome:
—El rey moro destruyó la mitad del puente hasta que las encontró todas y se las llevó a Granada. Al principio, el puente tenía siete ojos y sólo quedan cuatro.
—¿Y qué es Granada?
—No lo sé. Será el puente que hizo el rey moro para esconder el tesoro.
Al día siguiente, por la tarde, volvimos de nuevo a nuestro paraíso en la pradera con todas las monedas que entre los dos juntamos. Eran de cobre; no teníamos ninguna de oro como hubiéramos querido.
Nadé bajo el agua hasta la base del puente. Las coloqué en el fondo debajo de las piedras más grandes que pude mover. Vi una trucha inmensa que se metió en la hura, metí la mano y la cogí por las agallas. Era la trucha más larga que había pescado. Me dio tales coletazos en el brazo que me dolió varios días. Hicimos fuego, y yo ensarté la trucha en un palo. Después del banquete, con el pelo mojado, y ella admirando mi valentía por haber ocultado, a tanta profundidad, las monedas de nuestro amor, nos prometimos querernos mientras uno de los dos no sacara las monedas.
Me dijo contundente:
—Pero nosotros no somos malos como Pilato. Tú no vas a matar a nadie en tu vida. ¿Me lo prometes?
—Te lo prometo.
En ese momento sentí que me había enamorado.
Ella me dijo que le diera un beso y así ya quedábamos casados. Fue la primera vez que yo noté un escalofrío por el espinazo. Tenía ganas de abrazarla, de achucharla fuertemente, pero no me atreví por miedo a hacerle daño. Me conformaba con sentarme a su lado y sentir el roce de su pierna contra la mía.
Antes de volver a casa me dijo que arrancara dos juncos de la orilla. Le contesté:
—¿Para qué los quieres?
—Te voy a enseñar un secreto de familia.
Con su cara de misterio y sonrisa pícara me dio un beso antes de salir hacia el pueblo, y me recalcó como si me advirtiera:
—Me dicen que no se lo diga a nadie, que los secretos de familia, sólo la familia puede saberlos.
Me cogió de la mano y emprendimos una carrera:  ..."

El puente Valimbre desde otra perspectiva

http://www.flickr.com/photos/dnieper/4443326341/in/pool-paislliones/
La muria del primer plano, a la derecha, no existía, según los escritos medievales.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Liszt

Aquí os dejo dos enlaces interesantes:

http://www.youtube.com/watch?v=V_mDpXcKLeo

http://callerealfm.wordpress.com/2011/11/07/homenaje-a-franz-liszt-de-tito-garcia-gonzalez/

Dani

Ayer escribí este párrafo en boca de un personaje, y se me olvidó añadirle: ” y los que escuchan el silencio contemplando la naturaleza, y enseñándoselas a los demás con una cámara fotográfica”. A Jesucristo se le olvidó una bienaventuranza: “Dichosos los que han tenido la suerte de pasar este valle de lágrimas entre creaciones artísticas, sobre todo musicales y literarias, porque se han anticipado al goce celestial”. 

Gracias, Dani, por esas fotografías. Lo mejor de internet es que descubres grandes hombres, detrás de sus creaciones, como este chaval, Dani, con su sentido estético, trayéndonos a nuestro estudio sus impresiones. Os aconsejo su página "Rutinas varias" fijaos en los parajes que patearon Rechivaldo, Roderico y Martín, en los montes Aquilanos, pico Guiana, el valle del Oza, la nieve, y las ventiscas que se oyen silbar en las fotografías.

Bienventuranza


A Jesucristo se le olvidó una bienaventuranza: “Dichosos los que han tenido la suerte de pasar este valle de lágrimas entre creaciones artísticas, sobre todo musicales y literarias, porque se han anticipado al goce celestial”.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Concierto de Tito


Gabriel, ya sé cómo se hace. Lo acabo de descubrir: Se señala toda esta línea y se copia en la barra de arriba. Prueba:

http://callerealfm.wordpress.com/2011/11/07/homenaje-a-franz-liszt-de-tito-garcia-gonzalez/#comment-1211

Listz, Consolation nº 3 en do menor. Tito


Me voy a Madrid al concierto de Tito. Suelto la pluma y el teclado y me tomo un asueto. Suerte.

http://callerealfm.wordpress.com/2011/11/07/homenaje-a-franz-liszt-de-tito-garcia-gonzalez/#comment-1211

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Lápida de la tumba de Alfa (o de Omega)


Ha sido trasladado a

Epitafio en armenio


Pregunta Edu en el comentario de abajo, en qué idioma están escritas las letras del encabezamiento.

Respondo:
                 En lengua armenia. Según mis investigaciones, fui llevado tirando del hilo, hasta el epitafio de Alfa, o de Omega, personajes de "El enigma de Baphomet". No he podido saber exactamente a qué tumba de los dos corresponde. No hay ningún indicio que me lo permita saber con seguridad.

domingo, 6 de noviembre de 2011

CRÍTICA DE EXPERTO LITERARIO

EL Dr. J.E. Martínez, catedrático de Crítica Literaria de la Universidad de León opina sobre "El enigma de Baphomet" en la sección literaria del suplemento cultural del "DIARIO DE LEÓN"

http://www.diariodeleon.es/noticias/filandon/una-novela-historica-de-intriga-y-de-aventuras_644083.html

JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ
 El enigma de Baphomet
 Jesús García Castrillo. Bohodón Ediciones, Madrid, 2011. 538 pp.

Hace algunos años, el astorgano Jesús García Castrillo mostró en El Baco sus dotes para la novela de aventuras. El enigma de Baphomet es más compleja y de mayor finura estilística; podría calificarse tanto de novela de aventuras, como histórica, de intriga, de investigación y hasta fantástica.

La técnica tradicional del manuscrito encontrado da lugar, por así decir, a dos novelas embutidas en una, pero con virtuosa conexión entre ellas. Se trata, por un lado, de contar, la historia de los últimos templarios, cruelmente perseguidos y exterminados; por otra, de relatar el proceso por el que un profesor de literatura, con ayuda de alumnos y amigos, lleva a cabo su investigación y búsqueda de los manuscritos que contienen la verdad sobre las injustas acusaciones que llevaron a los templarios a la horca, a la hoguera o a las dos penas juntas. En uno y otro relato, perfectamente imbricados, abunda la intriga, la delación y las persecuciones.

 Que los manuscritos medievales, «en leonés y castellano del siglo XIV» y robados por un capitán napoleónico, acaben divididos entre Astorga, París y la capital de Armenia, origina una ardua labor investigadora y viajera llena de problemas de todo tipo que ocupan el primero y el último tramo de la novela, que al lector le parecen prolijo el primero y excesivo el segundo. Sólo el hallazgo de todos los manuscritos podrá librar a los templarios de la falsa acusación de adorar a Baphomet y, a la vez, permitir escribir la verdadera historia de aquel holocausto que acabó con ellos.

Esta historia es el núcleo de la novela, que ocupa la parte central, en torno a un tal Martín Castriello que ingresó en el Temple de Ponferrada y al que, en formidable prolepsis, vemos ya en la fuga de la fortaleza templaria ante el acoso de las tropas reales. Con Martín se van tejiendo historias de otros templarios amigos también perseguidos (Rechivaldo, Rodericus, etc.) que dan lugar a una trama compacta en la que se alternan hazañas, pasiones, audacias, traiciones, equívocos, venganzas y muertes. Las de los templarios se deben a la acusación de adorar a Baphomet en lugar de a Cristo crucificado.

Nos iremos enterando de que Baphomet es la representación de un Dionisos lascivo, con una cuba de vino sobre la cabeza, y que los benedictinos de San Pedro de Montes regalaron a los templarios de Ponferrada con este engaño: «Siempre creímos que era Jesucristo en las bodas convirtiendo el agua en vino». Lo que Martín de Castriello trata es de encontrar los manuscritos que puedan librarlos de tal acusación, trazando así un largo viaje hasta Armenia, plagado de aventuras, como cualquier novela de viajes que se precie.

Al igual que los demás templarios, Martín y sus amigos acabarán exterminados al final de esta parte central de la novela, llena de juegos temporales y de efectos patéticos. A pesar de la extensión, el narrador logra mantener la intriga, tanto sobre la suerte de los templarios, como sobre el proceso de escritura de la novela con el encuentro de los manuscritos. El enigma de Baphomet forma parte de un tema que casi es un subgénero novelístico: la novela sobre templarios. El espacio berciano, por otro lado, hace inevitable el recuerdo de Gil y Carrasco, aunque la novela de García Castrillo poco tenga que ver con la de Gil.

Comentarios sobre "Baphomet"

Exquisito comentario de Rafael Hervías Garrido de la obra "El enigma de Baphonet": Magnífica, impresionante y erudita...Yo sí conozco al autor:JESÚS GARCÍA CASTRILLO, con quien compartí "el departamento de lengua y literatura" en el I.E.S "Salvador Rueda".Tuvo la gentileza de enviarme una sinopsis ilustrada de su obra, antes de publicarla. Debe leerse: por su temática, documentación, técnica ...y el gran dominio de la lengua castellana-española. De nuevo  ¡ENHORABUENA, JESÚS !

Jesús, no conocía lo de "Jerez de los alcornocales": Jerez de los Caballeros ; aunque con mucho sentido, dado la abundancia de alcornoques y encinas ,en esa bella "ciudad medieval"

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miércoles, 2 de noviembre de 2011

El enigma de Baphomet

Un lector "sin nombre" cuyo seudónimo es "Leonés" me acaba de enviar esta reseña que dice ha salido publicada en la provincia de León. ¿Me puedes decir en qué medio? Te lo agradecería, Leonés. 'El enigma de Baphomet', de Jesús García Castrillo, recupera uno de los temas clásicos de la novela histórica, los templarios, desde una perspectiva singular: la persecución que sufren, a principios del siglo XIV, los tres últimos templarios leoneses por parte del rey Fernando IV. Pero la trama de la novela es más compleja, y muchas de las claves están en unos pergaminos robados durante el asedio de Astorga en el siglo XIX que llevan al lector a plantearse numerosas preguntas sobre lo que sucedió en siglos pasados y algunos hechos contemporáneos que no dejan de resultar sorprendentes, como la figura del macho cabrío que aparece en el documento de identidad alemán. Jesús García Castrillo, astorgano afincado en Málaga, es autor de 'El Baco', novela que recibió excelentes críticas. Con 'El enigma de Baphomet', publicada en 2011, ha logrado el reconocimiento de críticos y lectores, y se rueda una adaptación a la televisión con su argumento que llevará por título 'Los guardianes del temple'.