domingo, 15 de enero de 2012

Un viejo colega de docencia me escribe:


“Jesús: He propuesto a los alumnos de todos los segundos un trabajo sobre el léxico de un libro. Sólo tres chicas  -las mejores- se han atrevido con EL ENIGMA DE BAPHOMET –voluminosa donde las haya- y las ha entusiasmado. También quieren leer “El Baco”, pero no lo encuentro… ”

“…  veinte páginas les han resultado de difícil lectura: los episodios 30-35 ambos inclusive…”

“… he rellenado los papeles de la jubilación. En septiembre comenzaré a escribir una novela larga -ya la tengo-; dejaré a un lado los pequeños relatos, me has animado…”

9 comentarios:

  1. Pues a mí no me han resultado pesadas, todo lo contrario. Las notas, las he leído dos veces porque me despistaban. Intesresantísimas. Jami

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  2. pero vamos haber, esto es novela o historia???

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  3. Vamos a ver:
    1) Un lector al que todavía no conozco, me dice en
    http://es-es.facebook.com/elenigmadebaphomet
    que "hacerlo más sincrético, perdería detalles", y lo suscribo.

    2) Amigo anónimo: Los documentos citados de 1218 y 1235 están archivados en la catedral de Astorga. Desde la desamortización de Mendizábal estuvieron escondidos con otros muchos documentos, no en el monasterio de San Pedro sino en otros lugares, hasta que fueron estudiados desde el punto de vista histórico, hace 50 años, por el historiador Quintana Prieto. Sobre el segundo juicio, yo mismo estudié un aspecto lingüístico, bajo la dirección de Pensado Tomé, como trabajo “fin” de carrera. Ahí fue cuando empecé a familiarizarme con pergaminos medievales. Los adornos novelados no los voy a revelar porque perdería “sustancia”.

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  4. O sea que éste libro tiene mezcla de novela y de realidad???

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  5. Mi objetivo ha sido crear arte literario, y que el lector pase unos ratos agradables con un relato enmarcado en hechos históricos y reales. Saludos.

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  6. Buena novela, Sr. Castrillo; pero a los eruditos en la materia no nos engañas! Buen intento, si señor!

    Desgraciadamente la novela no es lo soficientemente plana para que los lectores a los que podrías engañar sientan interés por ella - lo cual habría de aceptar usted por cumplido.

    La etimología del término Baphomet es muy ocurrente, si señor. Y ciertamente original. Veo que es usted un experto, como mínimo, en etimologías y fonética. No me extraña habiendo estudiado en Salamanca - casi de mi quinta, por cierto.

    Un saludo.

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  7. Muy bien amigo anónimo: Me gustaría saber quién eres. Me encanta tu comentario. ¿He de recordarte que la creación artística es toda un engaño, pero si el receptor no se deja engañar, ya no es arte. ¿Te imaginas que al mirar un cuadro, en vez de ver lo representado en él, se estuviera viendo el lienzo y las partículas de pigmento, en vez de dejarse engañar para ver la figura representada en el cuadro? Pues lo mismo pasa en el arte cuya materia prima no son los pigmentos de colores y un lienzo sino las palabras, que son arbitrarias, un puro convencionalismo entre los humanos, que podrían ser otras por lo tanto, que sólo tienen existencia mientras las creamos y las usamos, pero no existen, sólo existimos nosotros al pronunciarlas o al escribirlas, o al escucharlas o al leerlas. ¿Y si todos los pergaminos encontrados no existieran? ¿Ni que hubiera existido el castillo de Ponferrada, ni el monasterio de San Pedro, mi Martín, ni Gelvira ni Rechivaldo, ni Roderico? Ojalá así hubiera sido, porque entonces hubiera conseguido la obra de arte más excelsa. Dime en un mail quién eres, que lo pasaremos bien comentando… que, a fin de cuentas, es lo más divertido de este intento. ¡Ah! Y te debo una invitación a “pescaítos” y una caña en el paseo marítimo. ¡Prometido! Un abrazo salmantino recordando nuestra querida “Universitas”.

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  8. Misi, Malena y Margie (Madrid)13 de febrero de 2012, 8:18

    Estas son las opiniones reales de tres lectoras empedernidas:

    Toda la trama medieval, la que corresponde a la traducción de los pergaminos, es absolutamente perfecta... hipnótica. Con un nivel de erudición en todos los detalles y el lenguaje que nos ha hecho sentir analfabetas. La acción es trepidante, incluso en los pasajes aparentemente más pausados.

    Los personajes son tridimensionales, se salen de las páginas, auténticas creaciones. Les amas y, por momentos, deseas abofetearlos, saboreas lo que comen, los hueles cuando están sucios y hasta pasas frío y hambre con ellos. La inevitable conclusión te deja hecha polvo: las muertes de Martín, Roderico y Rechivaldo y la condena y disgregación del Temple, pero lo contrario habría sido como llevar al Titanic a buen puerto. Alguna lagrimilla se nos escapó con la muerte de Áureo. También nos angustió bastante la muerte de Gotier en el fondo del pozo.
    El hecho de tener que buscar las notas con las traducciones al final del libro puede parecer incómodo a según que lectores, pero es muy de agradecer para aquellos que nos hemos enfrentado en "El pendulo de Faucault" o en "El nombre de la rosa" al desamparo de tener que saber latín, griego, inglés, francés y alemán para poder enterarnos de la trama.

    La primera parte del libro que se desarrolla en la época actual, cuando se encuentran con el mendigo Counillac, también es muy interesante y está muy bien encajada. Intercalar ambas épocas es estimulante y ese personaje nos encanta.

    Pero el final del libro... hic sunt leones...

    El estilo es radicalmente distinto. Entendemos que así tiene que ser, pero los personajes han perdido profundidad (Internet se los ha llevado por delante) y, pese a la trepidante acción, la sensación es de que pasan menos cosas y la emoción no es tan intensa, ni siquiera con persecuciones y tiros incluidos.
    Lo mejor de esta parte es la sorprendente aparición del pergamino de Gautier. Fue reconfortante.
    La fiesta de la reunión de antiguos alumnos nos resulta algo lenta. No encontramos justificable el hecho de que Clara comparta con los demás las cartas de Nora, a lo mejor es porque a nosotras, personalmente, el personaje de Nora nos cae francamente mal.
    Y esta es nuestra humilde opinión. Es un placer poder comentarlo sinceramente con el autor. Si pudiéramos ponernos en contacto con, por poner un ejemplo, nuestros bienamados Robert J. Sawyer o Steven King o Muriel Barbery, tambien les pondríamos pegas.

    Un beso de todas.. y ha sido un placer leerte... Misi, Malena y Margie

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  9. Mil gracias a ese club de lectoras tan exclusivo, aunque no desprecio los comentarios que me llegan con uno o dos adjetivos. Estos comentarios largos son los que animan a desperezarse y seguir con el tercer libro.

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